Hoy queremos rendir homenaje a los hombres y mujeres que durante muchos años han luchado por un mundo mejor: desde aquellos que ofrendaron su vida en las huelgas de Cananea y Río Blanco, como los que llegaron después a encabezar las principales batallas obreras y del magisterio, como: Demetrio Vallejo, Valentín Campa, Rafael Galván, Othon Salazar y muchos otros héroes y heroínas anónimos que promovieron la democracia sindical y la negociación colectiva auténtica como una vía para mejorar las condiciones de trabajo y de vida de todos los trabajadores del país. En cada rama de industria, en cada región, en muchas fábricas y talleres se han venido dando batallas históricas contra el autoritarismo estatal y patronal. Hoy reconocemos que su sacrificio no fue en vano.
Hace 60 años un grupo de trabajadores decidió construir una organización que promoviera el sindicalismo honesto y democrático. Inició así una aventura que convertimos en un sueño, en un motivo de vida y que fue reflejado en un plan de acción en contra del charrismo sindical. Así nació el Frente Auténtico del Trabajo. Entendimos que esta lucha tenía que ser un movimiento amplio que integrara a los trabajadores del campo y la ciudad, sustentados en principios éticos, humanistas y en una profunda solidaridad tanto a nivel nacional como internacional; por ello desde los años sesenta nos relacionamos con hermanos y hermanas en distintas partes del mundo, compartiendo con ellos nuestro drama laboral, la imposibilidad de tener sindicatos auténticos y la imposición de una política salarial depredadora.
Hoy, junto a los compañeros del FAT que se adelantaron en el camino como Antonio Villalba, Víctor Quiroga, Antonio Velásquez y Ramón Ramírez Contreras, Domingo Mascorro Rentería, vemos el resultado de esta larga lucha, en una reforma laboral que sustenta la libertad y democracia como valores esenciales, que busca acabar con los contratos colectivos de protección patronal y con la corrupción, la violencia y la extorsión que durante décadas padecimos los trabajadores mexicanos. Sabemos que no basta con tener buenas leyes para cambiar el mundo del trabajo, nos queda la gran tarea de convertirlas en realidad cotidiana. Esto no será fácil pero no podemos escatimar su gigantesco valor porque es el fruto de la lucha, la solidaridad y también del triunfo de un gobierno por el que votamos mayoritariamente, confiados en que, respetando nuestra autonomía, generaría condiciones para recuperar el valor y la dignidad de nuestro trabajo.
Esta reforma laboral tiene muchos autores y todos ellos merecen reconocimiento, tanto en nuestro país como en el extranjero. El FAT renueva su compromiso por impulsar un modelo de relaciones de trabajo que concilie la libertad y la democracia con una negociación colectiva responsable, que pueda convertirse en política pública para lograr abatir la pobreza y la desigualdad, generando condiciones para resolver la inseguridad en favor de un futuro mejor para nuestras familias.
Por la Coordinación Nacional
José Ezequiel García Vargas
¡Por la Autogestión de la Clase Trabajadora!